26 de septiembre de 2009 04:00 am / El Vocero
PITTSBURGH.- El acuerdo para regular los salarios de los altos ejecutivos financieros está un poco más cerca. Los líderes del G-20 están a un paso de alcanzar el consenso necesario para adecuar las bonificaciones de los banqueros al riesgo de sus acciones.
Los banqueros que causen la quiebra de sus entidades tras incurrir en riesgos excesivos podrían verse obligados a devolver sus bonificaciones (parte variable de su salario) que hayan cobrado en los últimos tres años. Este es uno de los puntos que debaten a estas horas los líderes del G-20, reunidos desde el jueves en Pittsburg, según informaron fuentes de la negociación.
Además, el G-20 estaría a punto de acordar la supresión de las bonificaciones garantizadas, es decir aquellos que reciben los ejecutivos independientemente del éxito de su gestión, especialmente en los denominados "bancos no sólidos".
Lo que está confirmado es que los reguladores de cada país tendrán poder para controlar los incentivos salariales.
El borrador de la cumbre de Pittsburgh, presentado este viernes, ya recogía la "importancia" de revisar las bonificaciones en la banca. "Reformar las políticas y prácticas de compensación es una parte esencial de nuestro esfuerzo por incrementar la estabilidad financiera", apunta el documento.
Los Gobiernos europeos, Alemania, Reino Unido y Francia a la cabeza, han mostrado su determinación de imponer fuertes restricciones en las primas a directivos, pero Estados Unidos ha mostrado su oposición a estas limitaciones.
El G-20 trata ideas como que los banqueros no reciban primas en caso de realizar mal su trabajo; imponer restricciones al pago en acciones y limitar las bonificaciones en caso de que la entidad esté poco capitalizada.
El borrador del G-20 reconoce que la mala supervisión de ello ha contribuido en la crisis financiera. Así, imponer mayores niveles de capitalización en los bancos y regular los incentivos para evitar "prácticas de excesivo riesgo" deben ser dos medidas clave en el núcleo de la reforma financiera.
Nuevas reglas en la banca
El grupo de los mayores países industrializados ha pactado los plazos de su reforma financiera. No obstante, la exigencia de un colchón de capital más amplio para los bancos no entrará en vigor hasta que la situación económica no haya mejorado, según el borrador.
Los nuevos mínimos de capital serían obligatorios a partir de finales de 2012, aunque sus características tendrán que haber sido definidas antes de acabar 2010.
"Apelamos a los bancos a destinar una mayor proporción de sus actuales beneficios a elevar el capital", señala el borrador.
Por su parte, el sector bancario ofrece una de cal y otra de arena. De un lado, la Asociación de Banqueros Británicos señala que es "un buen comienzo" porque lo que la banca necesita es "claridad en los plazos".
Sin embargo, varias entidades han mostrado su preocupación de que una rápida aplicación de las nuevas reglas podría frenar el crédito y, más aún, dicen, si los gobiernos presionan para que el sector apoye la recuperación económica.
El grupo de países que integran el G-20 ya ha confirmado su intención de convertirse en árbitro de la economía internacional. En la reunión de dos días que celebran desde ayer en Pittsburgh (Pensilvania), los líderes de las principales economías del mundo tratan de alcanzar acuerdos que doten al G-20 de mayores poderes para impulsar las reformas financieras necesarias para hacer frente a la crisis.
Por su parte, la Casa Blanca también ha divulgado un comunicado en el que explica que esta decisión se debe a los "cambios espectaculares que se están produciendo en la economía mundial, y que no siempre se reflejan en la arquitectura global para la cooperación económica".
"Pero esto ha empezado a cambiar hoy", añade el comunicado, al explicar que "los líderes del G-20 han alcanzado un acuerdo histórico para poner a este grupo en el centro de sus esfuerzos para trabajar juntos en la construcción de una recuperación duradera y en la eliminación de las debilidades que condujeron a esta crisis".
El grupo clausuró ayer la cumbre, en la que se comprometerá a mantener la vigencia de los planes de estímulo hasta 2010 a pesar de los síntomas de recuperación económica. El documento no menciona ninguna cantidad económica concreta que deba destinarse a los distintos planes anticrisis hasta el año que viene.
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