Jueves, 30 de octubre de 2014
El Nuevo Dia
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Salud al Día
Por Lucía A. Lozada Laracuente / lucia.lozada@gfrmedia.com
El diagnóstico diferencial es la clave para evitar contagios
En un aparte con la epidemióloga del Estado, doctora Brenda Rivera García; y con el doctor José F. Cordero, decano de la Escuela Graduada de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, la situación actual con las infecciones emergentes en la isla no es su virulencia o su complejidad, sino cómo nuestro sistema de salud está preparado para enfrentarlas eficientemente. Esto incluye realizar un diagnóstico diferencial y un historial clínico completo ante enfermedades que muestran síntomas muy similares, y que el equipo de salud pueda determinar, en conjunto, la peligrosidad de la condición.
“Cuando te llega un paciente con fiebre, poder hacer ese diagnóstico diferencial, de que si tienes fiebre puede ser porque tienes una infección del tracto urinario o porque tienes una pulmonía, o si se trata de dengue, influenza, leptospirosis, chikunguña o, en el caso raro que pueda ser ébola, lo que tenemos es que estar preparados y tener un buen sistema que pueda diferenciar entre los diferentes síntomas porque son muy similares”, explicó el doctor Cordero, a la vez que añadió que todos los profesionales de la salud deben estar capacitados para poder hacer la distinción entre los diversos tipos de fiebre y síntomas… en fin, reconocer “cuándo es una cosa común, como un catarro, o cuándo es algo verdaderamente serio”, resaltó el también pediatra.
“En ese sentido, es muy importante la toma de historial. Hoy día, a veces nos olvidamos de lo importante que es el historial y hacer las preguntas clave”, recalcó, por su parte, la doctora Rivera. Tanto la Epidemióloga como el doctor Cordero manifestaron que esta parte inicial del proceso es determinante para realizar un diagnóstico correcto.
“En cierta manera, es como volver a lo que, es la gran tradición médica: tomar un historial detallado y que verdaderamente ayude a conseguir el diagnóstico diferencial”, reiteró el doctor Cordero.
Todos saben qué es chikunguña, pero pocos se protegen
Ambos profesionales de la salud aceptaron que si bien la gran mayoría de las personas saben lo que es el chikunguña y reconocen la severidad de sus síntomas, pocos traducen ese conocimiento en acción y lo que es más preocupante aún, diluyen su atención a la atención mediática que se le ha dado al emergente virus del ébola en la región.
“El problema no es si han oído o no hablar de chikunguña. El problema es cómo esa información la traducimos a acción. No es solo cómo nos aseguramos de que la gente sepa de esta condición, sino también que tome la acción para protegerse ellos y proteger al resto de la familia y la comunidad”, explicó el doctor Cordero, al destacar que muchas personas se preocupan por una posible llegada del virus del ébola a la isla sin tener factores que las ponga en riesgo, cuando en realidad deberían protegerse ante el chikunguña, cuyo contagio es ya epidémico en la isla.
Sobre esto, la doctora Rivera sostuvo que la clave está en empoderar al paciente, dándole la información de lo que está circulando y que, de esa manera, pueda contribuir con su equipo médico sobre lo que le puede estar sucediendo.
El mosquito: una víctima y un verdugo
Los estragos de la enfermedad del chikunguña están siendo bien documentados en la isla y aunque se han presentado unas manifestaciones muy particulares, “el virus se ha adaptado y utiliza al mosquito como un vehículo… no se enferma al mosquito, que sigue su ciclo normal, pero se infecta su intestino”, explicó la doctora Rivera sobre el mecanismo de infección, añadiendo que al virus le toma una semana replicarse y llegar a las glándulas salivales del insecto, desde donde lo inyecta a los humanos, infectándolos, a su vez. La doctora explicó que esto pasa con otras enfermedades como el dengue, la malaria, la fiebre amarilla y las enfermedades transmitidas por las garrapatas, por mencionar algunas.
No obstante, aunque los mecanismos de infección puedan ser similares, cada virus es diferente. “En el dengue sabemos que quizás tu primera infección es seria, pero hay cuatro tipos de dengue y si te da el segundo y te da el tercero, va a ser cada vez más serio. Lo que pasa con el chikunguña es que, primero, la mayoría de la gente no tiene ningún tipo de anticuerpo o inmunidad y, además, la naturaleza del virus es que puede causar no solamente fiebre, sino también problemas bastante severos en las articulaciones, que son una reacción a la infección y que pueden durar años”, dijo el doctor Cordero.
Sobre esta secuela, la doctora Rivera resaltó que existe un debate sobre si estas manifestaciones articulares surgen en personas que tenían una predisposición a desarrollar artritis reumatoidea (AR) o problemas similares. Entonces, no se sabe, hasta qué punto, si en las personas jóvenes que no han tenido un diagnóstico porque no han desarrollado los síntomas, si el chikunguña “detona” una especie de sistema de alarma temprano a raíz de la enfermedad. “Lo que sí sabemos es que en el paciente con AR, las manifestaciones articulares permanecen por mucho más tiempo y que responden muy bien al tratamiento para esta condición”, explicó la doctora.
“Definitivamente, este es un virus sobre el cual todavía hay mucho que aprender y nosotros nos hemos beneficiado por las experiencias de otros países en términos de la epidemia que tuvieron, pero creo que aquí mismo tenemos mucho que aprender y cómo podemos capturar nueva información, analizarla y compartirla”, aseveró el doctor Cordero.
Diferencias en la sintomatología
Según detalló la doctora Rivera, las guías de la Organización Mundial de la Salud mencionan que el salpullido característico del chikunguña se presenta con poca frecuencia. Sin embargo, cuando miras a la población en Puerto Rico, anecdóticamente, más del 30 % estaba demostrando esa sintomatología.
“Unos datos que se harán públicos próximamente, describen que el 50 % de los pacientes tiene esa sintomatología y eso para nosotros es muy importante porque se está utilizando como una herramienta clínica para hacer un diagnóstico sin necesidad de mediar una prueba, porque es un sarpullido que sale temprano en la fiebre, no como en el dengue, que tiende a salir luego de la fase febril. Además, es un salpullido que produce picor, y que sale en las palmas de las manos y las plantas de los pies, lo que es un poco diferente. Eso es algo en lo que podemos contribuir en la literatura científica”, destacó la doctora Rivera.
Grupos en riesgo
De acuerdo a los entrevistados, todas las personas están en riesgo, ya que, excepto a quienes les ha dado, nadie tiene anticuerpos. Sin embargo, siempre deben prestar especial atención las embarazadas, los infantes, las personas mayores de 65 años y las personas que tienen algunas condiciones preexistentes como condiciones cardiacas y los inmunosuprimidos (VIH, terapia contra el cáncer, pacientes trasplantados y pacientes con AR y lupus).
“Especialmente hablando del chikunguña, como la mayoría de la gente no tiene esa protección, queremos estar seguros de que todo el mundo se proteja, particularmente estos grupos”, insistió el doctor Cordero, a la vez que hizo un llamado de protección de todas las demás enfermedades febriles. “Ya estamos entrando en la temporada de influenza. Nosotros estamos relativamente susceptibles, ahora sí es que no es solamente chikunguña, es que si primero te da chikunguña, luego influenza y después te da dengue, aunque tengas 20 años o 65, es mucho”, manifestó el doctor Cordero.
Por su parte, la doctora Rivera mencionó la posibilidad de coinfecciones. “Aquí mismo en Puerto Rico hemos documentado, coinfección de dengue con influenza, de dengue con leptospirosis y dengue con estreptococo, por mencionar algunos, lo que pasa es que mucha gente piensa que solo le da una cosa” y no toman las debidas precauciones.
El mejor tratamiento: de vuelta a lo básico
Según manifestaron el doctor Cordero y la doctora Rivera, el manejo de la temperatura, mantenerse hidratado y el descanso es, en esta enfermedad, el tratamiento a seguir.
“No hay un tratamiento específico. Básicamente, se tratan los síntomas en lo que tu cuerpo responde”, sostuvo la doctora.
Ojo con lo que tomas
Una de las cosas importantes, cuando estamos hablando de enfermedades virales, especialmente en enfermedades virales emergentes, y particularmente niños, es evitar el uso de la aspirina. Pero, en otras condiciones como la influenza, hay interacciones que pueden llevar a desarrollar problemas hepáticos, como el síndrome de Reye, por lo que se favorece es el uso del acetaminofén. Es importante notar que el uso de antibióticos en las enfermedades virales no ayuda y puede ser totalmente contraproducente, explicaron los entrevistados.
Sobre los remedios que prometen disipar los síntomas, la doctora explicó que no se sabe hasta qué punto tienen un efecto placebo. Sí señaló que no importa si los productos son naturales, debes consultar antes con tu médico, porque pueden tener efectos secundarios o interactuar con otros productos o medicamentos que estés tomando. Como ejemplo, mencionó la malagueta, ingrediente principal de uno de los teses que se han popularizado con la llegada del chikungunya.
“La malagueta es segura cuando la consumes en tus alimentos, pero cuando ya la comienzas a consumir en un té, en dosis más elevadas, se ha documentado que tiene efectos en la cadena de coagulación y que puede bajar la presión arterial”, por eso debes siempre consultar con tu médico, explicó la doctora Rivera.
Sobre la vitamina C, el doctor Cordero fue cauteloso y expresó que no existe evidencia científica que sustente que esta vitamina ayuda a prevenir o disminuir la duración de los síntomas del chikunguña. “La parte de vitamina C u otro remedio es puramente especulativa, no necesariamente basada en estudios clínicos que demuestren su eficacia”, sostuvo.
Nada sustituye una buena nutrición y estilos de vida saludables, expresaron los entrevistados.
Enfermedades con síntomas similares
- Dengue
- Chikunguña
- Leptospirosis (fiebre de ratón)
- Influenza
Otras enfermedades como rinovirus, parainfluenza, metanomovirus circulan y también producen síntomas similares.
Según los entrevistados, en este momento hay que prestarle especial atención a la llegada del enterovirus D68, ya que no hay vacuna que lo prevenga y es una enfermedad de relativamente fácil transmisión porque puede ser por aerosol.
“Sabemos que, en general, las poblaciones hoy día, no tienen buenas prácticas de higiene de manos, que es una de las cosas que nos ayudaría a reducir el riesgo de infección. Y una de las cosas en particular que es preocupante de este virus es que ha demostrado una ‘predilección’ por personas asmáticas o con historial de asma”, subrayó la doctora Rivera, al manifestar que esto tendría grandes efectos en la comunidad puertorriqueña, cuya prevalencia de asma es alta.
“Por eso, si nos preguntan cuál es nuestra preocupación número uno en términos de enfermedades emergentes en Puerto Rico, no es el ébola, sino el enterovirus D68”’, recalcó el doctor Cordero.
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