miércoles, 21 de abril de 2010
Adela Dávila Estelritz / Primera Hora
Se ven bien y saben mejor todavía. Por si fuera poco, son sumamente nutritivos, sin aditivos químicos ni sustancias de origen sintético.
Hablamos, por supuesto, de los alimentos orgánicos, aquellos que “llegan al mercado a través de una serie de procedimientos que garantizan un origen natural y en sintonía con el cuidado del medioambiente y (las necesidades de las) dietas saludables”.
La nutricionista y dietista Nilda M. Burgos Gutiérrez nos ilustra así lo que constituye los alimentos orgánicos para que sepamos reconocerlos a la hora de hacer la compra. Más aún, abunda la experta, “el concepto de alimentos orgánicos es el resultado de la aplicación de métodos no contaminantes”. O sea, que en su producción no se usa ningún tipo de “aditivo ni producto agroquímico”, lo cual ayuda a conservar los nutrimentos.
La siembra, cosecha y manejo de los alimentos orgánicos no consta, simplemente, de sembrar en terreno fértil y cosechar lo que salga. La producción está sujeta a criterios rigurosos y exigentes, y gracias a nuestro patrocinio y a la gran aceptación que han tenido, éstos han generado “un amplio sistema de comercialización” gracias al cual “cada alimento orgánico o ecológico se identifica con un sistema de etiquetado certificado y controlado por organismos afines”.
De hecho, para ir a la segura, Burgos recomienda: “Busque el sello de 100% organic, que quiere decir que un alimento o producto no contiene ingredientes sintéticos. Organic sólo, por su parte, significa “que al menos 95% de los ingredientes son orgánicos”.
“Los alimentos orgánicos”, según Burgos, “se producen respetando los tiempos de crecimiento natural, por lo que tienen el tiempo suficiente para sintetizar los azúcares y nutrientes del suelo”. Por contraste, los alimentos producidos “con métodos industriales o intensivos” suelen contener pesticidas, lo que “resulta perjudicial para nuestra salud. Y, aunque es difícil probarlo, frecuentemente se las relaciona con enfermedades, problemas del sistema inmune y otras afecciones crónicas”.
Para concluir, la licenciada recalca que si quieres incluir estos alimentos en tu dieta, “(cabe señalar) que el costo de éstos puede alcanzar un 50% y un 100% sobre el costo de los alimentos convencionales”. Esto obedece, entre otros factores, a su calidad superior y al cuidado y esmero con que se producen.
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