lunes, 9 de mayo de 2011

Cesáreas más de la cuenta

lunes, 9 de mayo de 2011
Arys L. Rodríguez Andino / Primera Hora

El lamentable primer lugar que ocupa Puerto Rico en la tasa de nacimientos por cesáreas, con un 48 por ciento, es algo que se atribuye, más que a los obstetras que las realizan, a un sistema de salud que está diseñado para que ésa sea la alternativa más fácil.

El ginecólogo obstetra Ramón Pérez, quien defiende y practica el parto humanizado y fuera de ambientes hospitalarios, aseguró que la manera en que funciona el sistema “hace más fácil una cesárea que un parto”.
“Nosotros tenemos que trabajar por volumen; entonces, ¿cómo puedes tú dividir tu día de trabajo si tienes que hacer 20 partos o más para sobrevivir? Tendrías que vivir en el hospital. Sacrificarías tu vida personal”, analizó el galeno, quien por dos años hizo partos “por volumen”.
Precisamente, porque “no tenía vida”, cambió su manera de trabajar y ahora atiende sólo cuatro partos por mes.

¿Por qué cambió?
Empecé a integrar técnicas de partería y empecé a trabajar los partos fuera de un ambiente hospitalario.
¿Por qué está tan solo en esto?
Porque yo soy el loco del rebaño y porque entendemos que la violencia que vive la sociedad se inicia en el momento del parto y no queremos contribuir a la violencia social, que el inicio de la vida sea lo más humano y menos violento posible.
Ese acto de violencia a la que es sometida la mujer es algo a lo que ningún sector le hace caso. De eso está segura la doctora Ana Parrilla, catedrática asociada del programa de Salud de la Madre y el Niño de la Escuela Graduada de Salud Pública.
“Me duele la indiferencia con la que en Puerto Rico se trabaja este tema”, indicó.
Según la doctora, el dramático aumento de las cesáreas en el país comenzó a principios de la década de los 90, cuando se dejaron de hacer partos vaginales después de una cesárea y se privatizó el sistema de salud pública.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un 15% es lo deseable en la tasa de partos por cesárea
1. Puerto Rico 48%
2.  China 46%
3.  Paraguay 42%
4.  Ecuador 40%
5.  Vietnam 36%
6.  Tailandia 34%
7.  Estados Unidos 33%
8.  India 18%

“Antes ibas al sistema público cuando estabas de parto y, si el médico terminaba su turno, se iba para su casa y venía otro. Ahora, con los médicos privados, ese médico quiere tener más control de su tiempo”, explicó.
Aunque se tiene la idea de que los obstetras cobran más por una cesárea que por un parto vaginal, Parrilla afirmó que eso no es así. “No ganan más, pero invierten menos horas. La cesárea toma una hora. Es control de tu tiempo y puedes hacer otras cosas como jugar golf o hacer lo que te da la gana”, expuso.
A pesar de que no critica que un médico quiera tiempo para disfrutar de la vida, a la doctora le parece antiético que se recurra a cesáreas o a inducciones que igualmente terminan en cesáreas para ajustar los partos según la agenda del obstetra.
“Eso es inmoral porque si aceptaste que te pagaran eso, tienes que estar dispuesto a hacerlo bien. Sería mejor que pelearan con las aseguradoras para que les paguen lo justo”, observó.
Si bien es cierto que la cesárea salva vidas y tiene su espacio, la tasa de 48 por ciento está muy por encima del 15 por ciento que recomienda la Organización Mundial de la Salud. “Estamos haciendo tres veces más de las que se necesitan. Un 48 por ciento es una barbaridad”, recalcó.
Las cesáreas se han generalizado tanto que existe la percepción de que no es una cirugía mayor.
“La gente entiende que la cesárea es algo inofensivo, que es algo común, y cuando le dicen a una embarazada que va a ser cesárea se alegran y hasta la felicitan”, declaró Pérez.
Ésa es una de las razones por las que a veces las mismas embarazadas piden que le practiquen una cesárea. “Muchas la piden al momento del parto, después que ya le han puesto pitocina. Las tienen medicadas, con dolor. Eso es una tortura. Lo que les hacen es un acto de violencia”, señaló Parrilla para explicar por qué una embarazada puede llegar a implorar por la cesárea, sobre todo si el parto ha sido inducido.
“Se está induciendo demasiado; se cree que un 60 por ciento, pero hay hospitales que incluso tienen más. En Puerto Rico, los niños nacen los lunes, martes y miércoles de ocho a cinco”, denunció Parrilla. “Un parto no se debe inducir a no ser que haya una necesidad médica y es imposible que un 60 por ciento de las mujeres tengan una necesidad médica”, sentenció.
Ese proceso forzado aumenta la probabilidad de alguna complicación. “Es que las estás forzando a un proceso para el cual el cuerpo no está listo. La probabilidad de una complicación es más alta y la posibilidad de éxito es menor. El embarazo y el parto es salud, no enfermedad, y la salud se supone que la controles tú”, observó el obstetra, quien considera que el sistema ha castrado a las mujeres en la toma de decisión sobre el parto y les ha hecho creer que necesitan al médico para que tome las decisiones por ella”, abundó.
La doctora Parrilla lamentó que en el momento del parto la mujer tenga que batallar para que le reconozcan su derecho a parir como ella quiera.
“Eso me parece tan trágico, que tengas que ser una guerrera en tu momento del parto”. Deploró y condenó que un acto natural tenga que ser entregado a un cirujano.
A juicio de Parrilla, el Gobierno no hace nada para disminuir la tasa de cesáreas. Ni siquiera les exige a los hospitales que ofrezcan el porciento de nacimientos a través de este método.
“No se ha hecho nada. Se ha hecho aguaje, pero no le han metido mano. Si no hay voluntad política para hacer cambios, no se hace”, expuso y detalló que en países del primer mundo las parteras son las que asisten los nacimientos.

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