Valiosos documentos y obras de arte fueron destruidos el 9/11
jueves, 18 de agosto de 2011
Cristian Salazar y Randy Herschaft / Prensa Asociada/ Primera Hora
Nueva York.- Cartas manuscritas de la escritora y activista
de comienzos del siglo XX Helen Keller. Cuarenta mil negativos de
fotografías de John F. Kennedy tomadas por su fotógrafo personal.
Esculturas de Alexander Calder y Auguste Rodin.
Además de
causar la muerte de casi 3,000 personas y destruir las Torres Gemelas,
verdadero monumento de la ciudad de Nueva York, los ataques del 11 de
septiembre del 2001 acabaron con archivos y obras de arte de valor
incalculable.
En algunos casos, se destruyeron no solo los objetos sino
también sus inventarios. Las pérdidas humanas hicieron pasar a segundo
plano las pérdidas de papeles y una década después los especialistas no
han determinado a cabalidad qué se perdió y qué fue recuperado, lo que
les impide dar una forma definitiva al rompecabezas de la historia.
"No
puedes hacerte una idea clara porque faltan elementos claves", afirmó
Kathleen D. Roe, directora de operaciones del los Archivos del Estado de
Nueva York y copresidenta del Proyecto de Documentación del World Trade
Center, el nombre oficial de las torres. "De modo que uno no tiene una
imagen precisa".
El complejo incluía siete edificios: las dos
torres, tres edificios de oficinas pequeños, un hotel Marriot y una
oficina de Aduanas. También fue destruido un rascacielos apenas al norte
de las torres.
En las torres había 430 compañías y decenas de oficinas del gobierno.
La misma CIA tenía una oficina secreta en el 25to piso del
rascacielos, que albergaba además el centro de comando para emergencias y
una dependencia del Servicio Secreto.
Entre las pérdidas
materiales figuran bosquejos y esculturas, incluida un molde de la
escultura de Rodin "El Pensador", que reapareció brevemente después de
los ataques para volver a desaparacer al poco tiempo. Se hallaron
fragmentos de otras esculturas.
La Biblioteca Ferdinand
Gallozi, del Servicio de Aduanas, tenía una colección de documentos
relacionados con el comercio, algunos de ellos de la década de 1840.
Los
negativos de Kennedy, sacados por el fotógrafo Jacques Lowe, estaban
guardados en una caja de seguridad a prueba de incendios en el 5 World
Trade Center, un edificio de nueve pisos. Helen Keller International,
cuyas oficinas, localizadas a una cuadra del lugar, se incendiaron,
perdió un modesto archivo.
También se perdieron documentos secretos en el Pentágono, blanco de otro ataque el mismo día.
Se
contrató a una empresa privada especializada en responder a desastres,
BMS CAT, para que tratase de recuperar material de la biblioteca, donde
fue a parar la trompa del avión empleado en ese ataque. La firma dijo
que había recuperado todo menos 100 volúmenes. Se restringió el acceso a
información relacionada con la invasión soviética a Afganistán en la
década del 80, pues Estados Unidos se preparaba para lanzar un ataque al
mes siguiente.
En Nueva York, personal de la CIA y del
Servicio Secreto inspeccionaron los restos trasladados a un terreno en
Staten Island en busca de documentos y discos duros con información
secreta e informes de los servicios de espionaje.
Dos semanas
después de los ataques, archivistas y bibliotecarios se reunieron en la
Universidad de Nueva York para discutir cómo documentar lo que se había
perdido y formaron la Fuerza de Tareas sobre Documentación de las Torres
Gemelas. Pero recibieron apenas un puñado de respuestas a una consulta
sobre objetos dañados.
"La actual atmósfera de litigio, la
política y la desconfianza predominantes tras los ataques del 11/9 hacen
que compartir información sea una tarea compleja", expresó el último
informe del proyecto, que circuló en el 2005.
Las dependencias
del gobierno nacional están obligadas por ley a reportar la destrucción
de archivos de la Administración Nacional de Archivos y Récords, pero
ninguna lo hizo. Dicen que es algo comprensible, tomando en cuenta las
circunstancias.
"Como es de esperar, los organismos estaban
más preocupados con las pérdidas de vidas y con el restablecimiento de
las operaciones que con la preservación de archivos", comentó a la AP
David S. Ferriero, jefe de archivos del gobierno.
Steven
Aftergood, director del proyecto sobre secretos del gobierno de la
Federación de Científicos Estadounidenses, declaró: "Bajo circunstancias
extremas, como las del 11 de septiembre, los procedimientos rutinarios
de preservación de archivos no se cumplen. No están pensados para hacer
frente a la destrucción de edificios u oficinas enteras".
La
Equal Employment Opportunity Commission, encargada de combatir la
discriminación en los empleos, tuvo que reconstruir 1.500 casos de
discriminación, según Elizabeth Grossman, quien supervisaba a los
abogados del organismo cuando se produjeron los ataques. Los procesos se
demoraron meses. Había copias en las computadoras hasta el 31 de agosto
del 2001.
Jan Ramirez, curadora del National September 11
Memorial & Museum a ser inaugurado en el sitio que ocuparon las
torres, dijo que no había conciencia de la necesidad de proteger
archivos.
"Era un sitio moderno, dinámico. No corría peligro.
No era algo que tuviésemos que preservar", manifestó. "Ahora sabemos que
sí hay que hacerlo".
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